
Los rayos del sol son esenciales para la vida en la Tierra: regulan nuestro reloj biológico, estimulan la producción de vitamina D y mejoran el estado de ánimo.
Sin embargo, la exposición excesiva a la radiación solar —especialmente a los rayos ultravioleta (UV)— puede causar graves daños en los ojos, incluso cuando el cielo está nublado. A menudo hablamos de proteger la piel del sol, pero olvidamos que los ojos también sufren el impacto directo de la radiación.
La radiación solar y el ojo humano
El espectro de luz solar está compuesto por distintos tipos de radiación: luz visible, infrarroja (IR) y ultravioleta (UV). Esta última, aunque invisible, es la más perjudicial para los tejidos oculares. Se divide en tres tipos:
UVA (315–400 nm): Penetra profundamente en el ojo, llegando hasta el cristalino y la retina. Su exposición prolongada se asocia con envejecimiento ocular y degeneración macular.
UVB (280–315 nm): Aunque en menor cantidad alcanza la superficie terrestre, es más energética y puede causar lesiones en la córnea, como la queratitis actínica (una especie de “quemadura solar” ocular).
UVC (100–280 nm): Es absorbida completamente por la atmósfera, por lo que no representa un riesgo directo.
El ojo humano no está preparado para filtrar eficazmente esta radiación. Aunque la córnea y el cristalino actúan como barreras naturales, su capacidad de absorción tiene un límite, y el daño acumulativo a lo largo de los años es irreversible.
Efectos del sol en los ojos
- Fotoconjuntivitis y queratitis actínica
Son inflamaciones dolorosas causadas por la exposición intensa a rayos UV, especialmente en entornos con alta reflectancia, como la nieve, la arena o el mar. Los síntomas incluyen enrojecimiento, lagrimeo, sensación de arenilla y sensibilidad a la luz.
-Cataratas
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que hasta un 20 % de los casos de cataratas están relacionados con la exposición prolongada a los rayos UV. La radiación altera las proteínas del cristalino, provocando su opacificación.
-Degeneración macular asociada a la edad (DMAE)
La exposición crónica a la radiación UVA puede dañar las células de la retina y acelerar la aparición de esta enfermedad, una de las principales causas de pérdida de visión en adultos mayores.
-Pterigión
Es una lesión benigna en forma de triángulo que crece sobre la córnea, más común en personas que pasan muchas horas al aire libre sin protección ocular.
-Fotoenvejecimiento del contorno ocular
La piel que rodea los ojos es especialmente delgada y sensible a la radiación solar, lo que acelera la aparición de arrugas y manchas.
Cómo proteger tus ojos del sol
-Usa gafas de sol homologadas: Asegúrate de que filtren el 100 % de los rayos UVA y UVB. Evita las gafas de imitación: un cristal oscuro sin protección UV dilata la pupila, permitiendo la entrada de más radiación.
-Sombreros o gorras: Reducen hasta un 50 % la radiación directa en los ojos.
-Evita la exposición en las horas de mayor intensidad solar: entre las 10:00 y las 16:00.
-Lentes de contacto con filtro UV: Existen modelos que ofrecen una protección complementaria.
-Protege también a los niños: Sus ojos son más vulnerables porque su cristalino filtra peor la radiación.
Como recuerda la Asociación Americana de Oftalmología: “Los ojos solo son dos, y no tienen reemplazo. Protegerlos del sol es proteger la visión de toda una vida.”
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